Primera vez en EEUU... y solita mi alma

Recuerdo mi primer viaje “sola” fuera del país… a Disney. Allá por 1998, cuando los argentinos no necesitábamos visa para entrar a USA. Me llevaron a Ezeiza mis padres, hermanos, tíos y abuelos; me sentía Susana Giménez con tanto público de despedida (aunque con menos dólares para gastar que ella).

 

Pero qué juventud!   Me refiero a la mía (yo soy la de las orejas chicas)

Después de varias escalas con cambio a aviones cada vez más chicos hasta llegar al aeropuerto de Orlando en uno de juguete, conocí el famoso clima agobiante de la Florida.
El calorón (dicho en cordobés) que sentí esa tarde y el cansancio del viaje me llevaron directo a una pizza y una siesta con aire acondicionado, el que por suerte podía regular. Y digo esto porque creo que los americanos son un poco fundamentalistas del aire acondicionado; andás en chanclas por la calle pero entrás al supermercado y necesitás ponerte una campera de polar. La elegancia te la debo, pero ojotas y campera de abrigo suele ser el outfit ideal.

Después fue una seguidilla de parques Disney, Universal y otros entretenimientos en la primera de mis 7 visitas a Orlando (soy reincidente, aprendo despacio); pero no les voy a contar de cada parque porque esos serán posts de viajes más recientes en donde Mickey y Minnie ya están más mayores… ah no, pará; la que estoy más mayor soy yo, ellos siguen iguales.

Tampoco voy a contar de los shopping porque, aunque no era esa la finalidad del viaje, estábamos en época de $1=u$s1, así que adivinen quién volvió con exceso de equipaje y la tarjeta detonada??

En fin, lindos recuerdos de juventud